ENDOCRINO

 

 

Todos sabemos lo que es desear una bebida fría cuando hace calor. Pero, ¿es realmente necesario? Nuestros dietistas e internistas nos aconsejan a las personas que viven en climas cálidos que eviten beber líquidos muy fríos. Las bebidas refrigeradas tienen un efecto inicialmente refrescante. Pero pueden causar sudoración más tarde porque los vasos sanguíneos se contraen y luego se expanden nuevamente.

Sobre la cuestión de cómo tomar las bebidas, si frías o calientes, sobre todo cuando hablamos de bebidas como las infusiones, para mitigar el calor, antes debemos aclarar un aspecto. Las bebidas, cuando entran en el organismo, asimilan la temperatura corporal (que suele ser de unos 37ºC). Una bebida fría provoca una mejor sensación térmica, es más apetecible cuando hace calor porque transmite, a través de la boca, una sensación refrescante.

Pero sus beneficios no van más allá. Si ingerimos una gran cantidad de líquido frío, tanto si es agua como cualquier otra bebida, el organismo debe hacer frente a una bajada brusca de temperatura y lo obligamos a trabajar más para recuperar los 37ºC, una función que implica un elevado gasto de las reservas energéticas y que da como resultado el opuesto al deseado, ya que nos acalorará.

El consumo de cantidades significativas de líquidos fríos puede provocar náuseas y calambres estomacales. Nuestros especialistas nos sugieren beber líquidos tibios en su lugar, cuantos más mejor en condiciones de calor, así nos hidrataremos pero no tendremos otros efectos.

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